Posted on March 6, 2023 by Michele Perez Søren Kierkegaard Related Post navigationPrevious post: La memoria de Francisco desata las manos de Marcela 86 años despuésNext post: El infierno de Bajmut, según un checo que lucha en el frente: “Sacas todo, un cuchillo, una pala, un zapato para salvar tu vida”